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Mostrando entradas de febrero, 2010

Lo que tiene que ser... será

Volvía a casa un día muy frío, cuando tropecé con una cartera. Busqué por todos los medios identificar el dueño. La cartera sólo tenía tres dólares y una carta arrugada, que parecía haber estado allí muchos años. El sobre, muy sucio, la única cosa legible era la dirección del remitente. Comencé a leer la carta intentando encontrar alguna dirección. Entonces vi el encabezado. La carta había sido escrita hace sesenta años. Estaba escrita con una linda letra femenina en azul claro sobre un papel de carta con una flor en el borde izquierdo. Ella decía que su madre le había prohibido encontrarse con Michael, pero ella escribía la carta para decirle que siempre lo amaría. Firmando Hanna. Era una carta bonita, pero no había ninguna forma, (con excepción del nombre Michael), de identificar el dueño. Me puse en contacto con la Cía. telefónica, le expliqué el problema al operador y le pedí el número de teléfono de la dirección que había en el sobre. El operador dijo que había un tel